Saniel Lozano : el eterno “escribiente”

SANISaniel Lozano Alvarado ríe al leer la carta de la Cámara Peruana del Libro informándole que será el homenajeado de la 3° Feria Internacional del Libro Trujillo, sonríe porque no entiende que puede tener de especial un hombre como él para tremendo honor, pues se equivoca, tiene mucho de especial sobre todo la humildad con la que recibe esta distinción.

Saniel nació en el distrito de Salpo, provincia de Otuzco  en La Libertad, fue criado por su padre, un obrero sin ocupación fija y su tía. Puesto que su madre murió cuando él era muy joven. Fue precisamente gracias a estas dos personas que comenzó su afición por la lectura. Su tía le contaba historias de los libros que ella leía y su padre se encargaba de que no sólo leyera sino entendiera y aprendiera lo que estaba escrito en esas páginas.

El primer libro que lo marcó fue “Corazón” de Eduardo de Amicis, él lo leyó cuando apenas estaba en segundo grado y desde ahí la lectura se convirtió en su salvación.

Terminó la secundaria en Chimbote y  postuló a la Universidad Nacional de Trujillo en aquellos tiempos donde los exámenes de admisión duraban quince días y si no pasabas ortografía mejor regresabas a tu casa. Nunca dudó que su vida tenía que dedicarla a las letras, así que terminados sus estudios generales ingresó a literatura sin dudarlo y hasta el día de hoy confirma que no se equivocó.

En la Universidad conoció muchas personas que luego también ingresarían a la élite de las letras trujillanas pero recuerda con mucho cariño y admiración al que considera su maestro, el español Antonio Gonzáles Villaverde, tal vez el último enciclopedista que tuvo Trujillo. “Eran tiempos en que los maestros incentivaban a sus alumnos a leer en competencia, quién leía más era tal vez el alumno más popular y el más respetado, tiempos tan disímiles a los nuestros”, Agrega el homenajeado.

Lozano nunca se conformó con lo aprendido ni con lo leído y siendo un amante fiel e investigador de las letras es que decidió irse por el lado más científico de estas: la lingüística. Hizo una especialidad en San Marcos y luego en la Complutense de Madrid dónde se dio cuenta cuán atrasados estábamos en nuestro país como lectores, sin embargo, esa desilusión, no lo amilanó, al contrario, lo motivó a seguir leyendo incansablemente.

En su obra tan prolífica podemos encontrar dos ejes bien marcados: la literatura infantil, juvenil y la literatura indigenista.

Respecto a la literatura infantil y juvenil nos comenta que escribe por un tema de formación, puesto que encuentra muchos vacíos en la enseñanza académica en las escuelas. “Yo llego a la comprobación de que hay un descuido tremendo en la formación de los niños, hay mucha ignorancia en el magisterio por falta de formación, porque nos han hecho creer que leer es sólo pronunciar lo que está escrito… Leer no es sólo reproducir lo que está escrito, leer es activar el cerebro “. Dijo Saniel con la mirada perdida, como recordando sus épocas mozas.

En cuanto a la literatura indigenista es notoria la admiración que siente por Arguedas, ya que con él comprendió que optar por la cultura peruana es valorar tradiciones, costumbres, capacidad creadora de la población. “Con ‘El Tayta’ desaparece esa visión del indio como vicioso, atrasado y explotado.” Agrega el maestro trujillano.

Por eso que en el 2012 recibió la distinción del Congreso de la República por su aporte al indigenismo en nuestro país, reconocimiento que también creyó que se trataba de una broma.

Saniel Lozano sabe que su función como escritor es describir su realidad y reflejar su sociedad, sabe también que el trabajo del escritor no estaría completo sin la ayuda de su entorno “Creo que la falta de lectura nos está ganando la batalla, acontecimientos como la Feria ayudan, pero no es suficiente.” acota el maestro.

Así es Saniel Lozano, humilde e idealista, sueña con una lectura salvadora, que nos mantenga al margen del automatismo porque leer es conmoverse, estremecerse, imaginarnos, vivir de emociones, en pocas palabras, ser humanos.


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